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Poema/proceso

Por Giuliano

26 abril 2023
Clemente Padín plantea que el poema semiótico es un antecedente inmediato del poema/proceso, una especie de bisagra, ya que si bien el ícono comienza a sustituir la palabra, todavía el poema propone una lectura en dos etapas; una en la que el código lingüístico traductor no participa y una segunda donde dicho código ordena la lectura, da una clave para recorrer el espacio y las imágenes, generando unos sentidos o significaciones sin traducción lingüística; de esta manera se da paso a la sustitución de la palabra y como consecuencia se produce el hallazgo del poema/proceso.  El poema/proceso rompe con muchos de los postulados del concretismo y el neoconcretismo, que proponían reglas rígidas, pautas, búsquedas programáticas, rigurosidades y estructuras fijas que limitaban a los autores y en consecuencia las posteriores lecturas. La novedad que propone esta tendencia, es justamente,  encontrar nuevos procesos y explorarlos libremente, permitiendo una poesía de todos, en una operación de lectura creativa que dé por resultado, el poema.

Figura 1. Poemics 12×9. Álvaro de Sá, 1967.

Para comprender este momento de la poesía experimental, observemos el poema de Alvaro de Sá( figura 1), que pertenece a su libro, Poemics 12×9. El poeta explora los elementos del discurso del cómic, hundiéndose en la cultura de masas, apelando a todo el bagaje que el lector-consumidor-creador trae consigo, recuperando así estos materiales preexistentes para incorporarlos en los procesos del acto poético. Son nueve cuadros/viñetas del mismo tamaño configurando un cuadrado, al parecer estático pero cada cuadro fluye e interactúa con el resto en  circuitos que se alternan, dando lugar a múltiples estructuras o relatos. Es el espectador/lector quien con su experiencia elabora el poema y lo reactualiza con cada lectura. En la lectura-compositiva del poema se equiparan tanto el autor como el lector en el proceso creativo; y así se vuelve a cargar de un sentido político la poesía. Esto no es otra cosa que una de las propuestas de las vanguardias históricas que también buscaban desacralizar la figura del artista y de la “institución arte”, las instituciones en que se hace el arte y los circuitos de distribución, como lo señala Huyssen siguiendo a Peter Bürger. En este sentido el poema/proceso no solo quiere terminar con la idea de creador único, sino que también  rompe, como Dada, el espacio aurático de la obra, ya que hay tantas obras como lectores posibles; transformando el proceso en la verdadera obra.  Volviendo al poema de Alvaro de Sá (la figura 1), nos encontramos, como señalamos antes, con una serie de estructuras que se relacionan y nos muestran dichos procesos de construcción de significados: es indudable que al reconocer los globos de diálogo, las onomatopeyas, las imágenes cinéticas, metáforas visuales, etc. del lenguaje del cómic, nos lanzamos a un recorrido de lectura de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo tratando de recoger algún sentido. Pero siguiendo ese recorrido no encontraremos más que una versión posible, de todas las versiones que se puedan crear con el proceso/poema. El interés en los cómics, al que el poeta le dedica todo un libro, nos permite pensar el postulado de Huyssen, cuando plantea la existencia de una dialéctica entre la vanguardia y la cultura de masas, esta última impensable sin la tecnología. La obra de arte es atravesada por la “imaginación técnica” e incorpora los lenguajes y procedimientos de las producciones masivas. Por otra parte en el poema de Wlademir Días Pino (Figura 2), echa mano a las técnicas del collage, el montaje y superposición de imágenes, formando unas estructuras de capas que se interpenetran, por donde el ojo del lector-creador inaugura procesos nuevos, a partir de imágenes cargadas de intertextualidad, como lo son, la huella digital, los laberintos, las guardas o las circunvoluciones laberínticas del cerebro.

Figura 2. Un poema/proceso laberíntico de Wlademir Dias Pino (“A Separação entre Inscrever e Escrever”, 1982)

En las técnicas o los discursos simbólicos de la cultura de masas, que se encuentran intrínsecamente relacionada con la tecnología, es donde abreva el poema/proceso, reavivando el espíritu de la vanguardia. Si bien no parece en este momento, que la poesía experimental sea muy tecnofílica, no rechaza la tecnología o reniega de ella; inclusive, Clemente Padín marca en diversas ocasiones que se trata de un antecedente de la literatura digital. No solo ésta tendencia de la poesía experimental podemos plantear como un antecedente de la literatura digital, claro está. Pero muchos de los elementos del poema/proceso podemos seguir viéndolos en el pasaje de lo analógico a lo digital. Para pensar esto último podemos realizar una lectura de la obra, Mi tía abuela de Frida Robles Ponce, en la que el texto de la obra nos revela estructuras, para generar versiones, en las que los sonidos, la imagen o los textos se multiplican en capas dejando lugar siempre a nuevos sentidos, apelando también a elementos de la cultura popular, que se activan con el poema, a cada-lectura creativa o interactiva que se haga. La ausencia de palabras, en los poemas que estamos analizando, nos  empuja a generar un proceso de comprensión sin un equivalente lingüístico que lo traduzca. Las figuras geométricas (Figura 1), que componen cada cuadro son una narración que puede continuar o no en el siguiente cuadro. Al parecer, las mismas figuras van sufriendo extrañas metamorfósis producto de sus diálogos y enfrentamientos hasta el estallido final. Estos elementos se disponen a configurar mecanismos o circuitos de lecturas que no se agotan con cada versión/lectura, sino todo lo contrario. Mientras en el otro poema de Dias Pino( Figura 2), las figuras se recortan unas a otra en una superposición de capas que se disputan el espació, la jerarquía o la velocidad para moverse significando en un tiempo para nada lineal sino simultáneo. Los sentidos se desprenden replicando esos circuitos que proponen círculos, cuadrados o rectángulos, hemisferios cerebrales que logran, a partir de una persistencia retiniana, partir el laberinto en dos hemisferios también y generar una circularidad dinámica. Este resultado es el núcleo del poema/proceso, nos marca Padín, refiriéndose a este vértigo que provoca su lectura creativa, a partir del ofrecimiento de estructuras móviles que interactúan entre sí; y es lo que la distingue de otras manifestaciones poéticas experimentales. Huyssen en sus análisis (donde repasa las teorizaciones de Peter Bürger en torno a las vanguardias históricas, y de Walter Benjamin sobre la unicidad de la obra de arte y la reproductibilidad técnica), hace hincapié en que es inherente a las vanguardias, su esfuerzo por romper el espacio aurático de la obra de arte. La vanguardia no solo rechaza “la institución arte” sino que también la obra de arte como es entendida en el siglo XIX. Marcel Duchamp propone más que una  obra de arte, el procedimiento con el cual hacer arte, y más aún, prescindir de ejecutar los procedimientos para que den como resultado una obra, ya que,  la obra es el procedimiento, que a su vez, es una fuente de procedimientos. Esto suena muy parecido a la tendencia del poema/proceso, que además buscan, como lo hicieron las vanguardias históricas, la realización de la premisa de Isidore Lucian Ducasse, el conde de Lautréamont, “La poesía debe estar hecha por todos, no por uno”; no hay ya un “uno” que sea distinto y proponga el poema desde un estilo propio e inalcanzable para el lector, que se encuentra desde un plano inferior, con una obra acabada y definitiva.  Por lo tanto, siguiendo la línea de nuestros razonamientos anteriores, si realizamos una lectura ya sea del poema de Alvaro de Sá (Figura 1) como del de Wlademir Dias Pino, vamos a descubrir procesos para hacer un poema. Las imágenes, el montaje, la fluidez que se renueva cada vez que posamos la mirada en los elementos, nos llevará a versiones nuevas; es decir, el poema es ese proceso o procedimiento, que nos permite tantas obras como lectura/versiones puedan co-gestarse, libres del estilo, de los acostumbramientos y mañas de los autores para construir sentidos unilateralmente.  El proyecto del poema/proceso parece funcionar, por lo menos hasta que la obsolescencia de esta revuelta a las vanguardia de paso a la búsquedas de nuevas formas para interpelar o redirigir aquellas experiencias humanas que todavía no han sido subsumidas por el capital, como propone Andreas Huyssen.

Bibliografía

  • Huyssen, Andreas. “La dialéctica oculta: vanguardia-tecnología-cultura de masas”, en Después de la gran división. Modernismo, cultura de masas, postmodernismo. Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2002.
  • Padín, Clemente. La poesía experimental latinoamericana (1950-2000). Edición de César Espinosa, PDF.
   

Giuliano

Profesor de literatura. Diseño y coordinación de los contenidos de la web.

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